
Artículos de Metapolítica
Ante la grosera distorsión sobre el pensamiento nacional revolucionario y la metapolítica, desarrollada con mala intención e ignorancia por Gustavo Faverón Patriau y sus “epígonos”, voy a tratar de exponer de manera sucinta lo que es este pensamiento, pero no para buscar convencer a alguien de sus bondades sino para evitar que mucha gente no informada caiga en las generalizaciones y banalizaciones que efectuó Faverón en un sin número de mensajes en su blog personal, todos además dirigidos a desprestigiarme.
Podría decir en principio que se trata de un término acuñado por el Profesor Armin Mohler, [1] - secretario personal del escritor Ernst Jünger durante varios años - para referirse a una importante manifestación del pensamiento alemán del periodo de entre guerras y que incluía una serie de personalidades de distintos ámbitos del saber, desde la economía hasta la literatura o desde la sociología a la teología. Autores como Jünger, Sombart, Spengler, Niekisch, Moeller van der Bruck, inclusive hasta el mismo poeta místico Stefan George, - maestro espiritual nada de los hermanos Stauffenberg [2]- también fue incluido dentro de esta grupo.
Así pues, bajo esta categoría se incorporó un conjunto de personalidades que en muchas ocasiones terminaron perseguidos por el Nacional –Socialismo (como el caso de Niekisch siendo finalmente protegido por los hermanos Jünger) o fusilados como en el caso de Claus von Stauffenberg. Decir entonces que la Revolución Conservadora era Fascista o Nazi es simplemente afirmar que nada se sabe sobre este tema.
Pero, ¿Qué tenían en común estos autores clasificados por aquellos que jamás los han leído como fascistas o Nazis a secas? En primer lugar, ellos fueron sin duda un producto del pensamiento romántico alemán del siglo XIX, discurso altamente crítico del racionalismo francés y sus tesis del universalismo, frente a ello, reivindicaban la diferencia y la identidad colectiva (que dirá Gonzalo Gamio al observar aquí la génesis de su querido comunitarismo Tayloriano). Así mismo, se sentían muy cercanos a lo que llamaríamos una vida con propósitos como la vida heroica frente a una vida vaciada de contenido que se contentaba con producir confort y entretenimiento (vida burguesa).
Sorprenderá a muchos saber por ejemplo que los queridos e inofensivos “Boy Scouts” de Baden Powel tuvieron su origen en los movimientos de los “Wandervogels” , asociaciones de jóvenes que aspiraban a una vida más natural y en convivencia directa con la naturaleza que surgieron dentro de la Revolución Conservadora.
En pocas palabras, el movimiento aparecía como una respuesta a la “Civilización” burguesa, proponiendo en su reemplazo la “Kultur” , una reivindicación de la vida natural contra la vida artificial. Un contacto directo con las fuentes primigenias del ser (la espiritualidad) frente al materialismo ateo.
Se trata finalmente de un tema complejo pero que no puede ser dejado a Wikipedia o algún folletín mal intencionado. Precisamente, el trabajo académico se debe abocar a aclarar las cosas y mostrarlas en su real dimensión. Nada ganamos poniendo etiquetas gratuitamente sin haber leído por ejemplo una línea de un trabajo emblemático para la “Konservative Revolution” como ·El Trabajador de Ernst Jünger. (Continuará)
Podría decir en principio que se trata de un término acuñado por el Profesor Armin Mohler, [1] - secretario personal del escritor Ernst Jünger durante varios años - para referirse a una importante manifestación del pensamiento alemán del periodo de entre guerras y que incluía una serie de personalidades de distintos ámbitos del saber, desde la economía hasta la literatura o desde la sociología a la teología. Autores como Jünger, Sombart, Spengler, Niekisch, Moeller van der Bruck, inclusive hasta el mismo poeta místico Stefan George, - maestro espiritual nada de los hermanos Stauffenberg [2]- también fue incluido dentro de esta grupo.
Así pues, bajo esta categoría se incorporó un conjunto de personalidades que en muchas ocasiones terminaron perseguidos por el Nacional –Socialismo (como el caso de Niekisch siendo finalmente protegido por los hermanos Jünger) o fusilados como en el caso de Claus von Stauffenberg. Decir entonces que la Revolución Conservadora era Fascista o Nazi es simplemente afirmar que nada se sabe sobre este tema.
Pero, ¿Qué tenían en común estos autores clasificados por aquellos que jamás los han leído como fascistas o Nazis a secas? En primer lugar, ellos fueron sin duda un producto del pensamiento romántico alemán del siglo XIX, discurso altamente crítico del racionalismo francés y sus tesis del universalismo, frente a ello, reivindicaban la diferencia y la identidad colectiva (que dirá Gonzalo Gamio al observar aquí la génesis de su querido comunitarismo Tayloriano). Así mismo, se sentían muy cercanos a lo que llamaríamos una vida con propósitos como la vida heroica frente a una vida vaciada de contenido que se contentaba con producir confort y entretenimiento (vida burguesa).
Sorprenderá a muchos saber por ejemplo que los queridos e inofensivos “Boy Scouts” de Baden Powel tuvieron su origen en los movimientos de los “Wandervogels” , asociaciones de jóvenes que aspiraban a una vida más natural y en convivencia directa con la naturaleza que surgieron dentro de la Revolución Conservadora.
En pocas palabras, el movimiento aparecía como una respuesta a la “Civilización” burguesa, proponiendo en su reemplazo la “Kultur” , una reivindicación de la vida natural contra la vida artificial. Un contacto directo con las fuentes primigenias del ser (la espiritualidad) frente al materialismo ateo.
Se trata finalmente de un tema complejo pero que no puede ser dejado a Wikipedia o algún folletín mal intencionado. Precisamente, el trabajo académico se debe abocar a aclarar las cosas y mostrarlas en su real dimensión. Nada ganamos poniendo etiquetas gratuitamente sin haber leído por ejemplo una línea de un trabajo emblemático para la “Konservative Revolution” como ·El Trabajador de Ernst Jünger. (Continuará)
[1] Die Konservative Revolution in Deutschland 1918 – 1932 . Ein Handbuch. Con este trabajo Mohler obtuvo el grado de Doctor en la Universidad de Basilea, asesorado por los profesores Herman Schmalenbach y Karl Jaspers. Fue también director de la Fundación Friedrich Siemmens y Premio Konrad Adenauer (1967) , fue además Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Innsbruck.
[2] Claus precisamente fue el que colocó la bomba destinada a eliminar a Hitler.