jueves, 20 de diciembre de 2007

Los Griegos y los Derechos Humanos



Artículos de Metapolítica




Por Eduardo Hernando Nieto





A raíz de un texto escrito por el colega de la Universidad Católica Gonzalo Gamio en su blog personal (http://www.gonzalogamio.blogspot.com/) titulado “Los Griegos y el Otro como Fin” , me siento obligado de responder algunas imprecisiones que aparecen allí y que además servirían también para avivar el debate que venimos sosteniendo hace varios años alrededor de lo que sería dos posiciones totalmente opuestas y que poniéndolo en un lenguaje más sencillo podría ser la manifestación en nuestro espacio intelectual de la añeja polémica entre los antiguos (este servidor) y los modernos (Gamio) .

En este sentido, una cosa que siempre he percibido en el discurso de Gonzalo Gamio es ese afán por no distinguir los antiguos de los modernos, algo paradójico para quien defiende esa tesis tan políticamente correcta de la “diferencia” o la “tolerancia” que se sustenta precisamente en la necesidad de separar y distinguir, así mientras Gamio prefiere mantener en sus discursos la separación entre “incluidos” y “excluidos” (tan a tono con su ideología liberal de izquierda ) no haría lo propio con los conceptos antiguos y modernos.

Gracias a no querer distinguir entre los antiguos y los modernos es que el buen profesor Gamio considera que en el mundo antiguo si existía el concepto de dignidad y por ende una suerte de pensamiento humanitario avant la lettre, y para eso toma una serie de citas extraídas sobre todo de algunas tragedias griegas, argumentando a continuación - como lo ha venido haciendo de manera recurrente - en el sentido de que mi aproximación a los clásicos es indirecta (Leo Strauss y sus discípulos) y por ende equivocada mientras que su lectura de los antiguos al ser directa es la correcta. (sic)

Voy a tratar de responder en primer lugar a estos dos puntos que se destacan en el texto del Profesor Gamio y luego expondré algunos otros aspectos que me llevarán a concluir en la afirmación siguiente: la tesis de Gamio representa simplemente una forma de discurso ideológico que responde más a la pasión y fuerza de sus convicciones (respetables dicho sea de paso) que a la misma razón de la cual dice él depender (siendo el un destacado graduado en filosofía y en teoría un especialista en el dominio de la razón)



Citando el texto de Gamio tenemos :
“Si hemos de remontarnos a la Grecia clásica, tendremos que aludir a los conceptos de justicia (dikaiosyne) y piedad (eusebeia), que nos remiten a la idea misma del otro como depositario de un valor intrínseco, la exigencia de asumir al otro ser humano como fin en sí mismo”.
En la medida que mis orígenes académicos están en el derecho (una ciencia práctica) y que esta ciencia práctica tiene una íntima relación con la justicia creo que puedo aportar también con otras formas de interpretación bastantes diferentes a las de Gamio del concepto “dikaiosyne” que yo lo entiendo como la virtud de la justicia. En este sentido, y siguiendo la lectura de un importante filósofo del derecho francés Michel Villey tendríamos lo siguiente:

“La palabra dikaion es un neutro, y un neutros sustantivado (to dikaion), lo mismo que en latín la palabra justum, muy próxima a jus. Fonéticamente el francés el neutro no se distingue del masculino y por otro parte apenas se usa. Existe una gran diferencia entre estas tres lenguas . El griego nos ayuda a percibir una distinción fundamental: la que existe entre el hecho de ser una mujer o un hombre justo (dikaios), tener la virtud de la justicia y, por otra parte, la de realizar la cosa justa (to dikaion)”[1]
Así pues, una cosa es dikaios, es decir el hombre justo (justicia subjetiva) y otra to dikaion, vale decir, lo justo o correcto (justicia objetiva) y que en buen cristiano sería la misma idea de derecho, esto es, la parte que le corresponde a un persona por ejemplo en un caso en el cual se estuviese disputando una herencia entonces se recurriría al juez para que resuelva el problema y defina que parte le corresponde a cada quien y esta cosa sería el derecho, esto es, to dikaion, de allí entonces que el derecho en el mundo clásico sea considerado como una cosa.
Siguiendo esta argumentación vayamos ahora bien a lo más importante, la respuesta a la pregunta, ¿Quién es el hombre justo?, evidentemente que de acuerdo a esta concepción clásica – aristotélica - el hombre justo es aquel que toma o da lo que corresponde tomar o dar, ni más ni menos y así de simple. Por ello, si alguien recibe algo prestado la conducta del hombre justo sería devolver aquello que recibió no más pero tampoco menos, esa es la característica de aquél que práctica la virtud de la justicia, esto sería también la esencia del llamado justo medio que la define y que la diferencia por ejemplo de la piedad o caridad cristiana que obligaría a dar más de lo que recibo. (como seguramente pensaría Gamio)
Por ello, si nos remitimos a la ética a Nicómaco puede existir una situación en la cual alguien roba una bien a una persona y por ende la justicia manda corregir tal desigualdad o desequilibrio (justicia correctiva) restituyendo el bien robado o su dueño original o devolviendo algo equivalente, en este sentido, como diría Villey, el dikaion no es el derecho subjetivo de un individuo , es más bien una proporción.[2] Pregunta: ¿qué es lo que le corresponde a un terrorista que ataca a una comunidad y origina muertes y destrucción material?
Por todo lo expresado, parece bastante lejana aquí la idea sostenida por Gamio respecto a la justicia identificada como un valor propio o inherente a cada ser humano por el hecho de ser se humanos se, como un fin en si mismo.
Obviamente, el mundo antiguo si diferenciaba entre amigos y enemigos, ciudadanos y esclavos y así sucesivamente. El concepto de honor también tenía su sentido aquí distinguiéndose claramente del moderno concepto de dignidad[3] que responde más bien a ciertas manifestaciones pseudo filosóficas que se generan con el estoicismo y siguen con el cristianismo, una forma de pensamiento panteísta a fin de cuentas que se sustenta en cosas como afirmar que todos compartimos el Logos derivando después a lo que Vöegelin denominaría Gnosticismo [4] es decir, a una forma de insatisfacción permanente en la medida que las cosas no se dan como el Logos quisiera que se den (es decir un mundo perfecto de igualdad y libertad y donde impera un auditórium universal de ciudadanos deliberativos), por ello, el gnosticismo deriva en ideología y eso es lo que precisamente predica Gamio: Ideología!!!
La estrategia de Gamio es bastante simple dicho sea de paso, busca diluir la crítica a su gnosticismo resumiéndolas en ecuaciones elementales: Sofista: Trasímaco: Nietzsche: Fascismo: Hernando, y exige que prefiera SU INTERPRETACION de los antiguos frente a la interpretación de Strauss y los straussianos, evidentemente los pergaminos de uno y otros saltan a la vista y considero que Strauss tiene más autoridad que Gamio para hablar de los antiguos.
Finalmente, invito al profesor Gamio a revisar también el texto de Peter Berkowitz El Liberalismo y la virtud a fin de que entienda el sentido de la virtud y la ética antigua y como ésta aun puede ser percibida a pesar de todo en distintos discursos filosóficos políticos modernos. El problema último en el discurso de Gamio radica en su negación al postulado más básico de la filosofía política , a saber: la búsqueda del mejor régimen político. Gamio como buen gnóstico ya no busca nada pues considera que ya lo encontró y lucha por su materialización “aquí y ahora” combatiendo frenéticamente a todos aquellos que pensamos que aun hay que seguir buscando.

[1] Michel Villey, Compendio de Filosofía del Derecho, Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1979, pp. 84-85.
[2] Ibid., p. 87.
[3] Para este aserto recomiendo a mi colega la lectura del artículo del sociólogo norteamericano Peter Berger, “On the Obsolescence of the concept of Honor” en: Liberalism and its critics editado por Michael Sandel, Oxford, Blackwell, 1984.
[4] Cfr. Eric Vöegelin, La nueva ciencia de la política, Buenos Aires, Katz, 2,006

2 comentarios:

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Eduardo:

Aquí te envío mi respuesta, que está en mi blog (http://gonzalogamio.blogspot.com/2007/12/en-torno-la-justicia-la-tica-griega-y.html ). Que siga el debate.

Un abrazo,
Gonmzalo.

Anónimo dijo...

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